Guía básica para el estudiante Erasmus en Bolonia, por Álvaro Ballesta
GUÍA BÁSICA PARA EL ESTUDIANTE ERASMUS EN BOLONIA
Nunca olvidaré el día en el que volví a casa. La certeza de saber que algo no va a repetirse, algo que te ha gustado tanto, es muy triste. Y así me encontró mi padre cuando vino a recogerme al aeropuerto. El hombre me vio, me abrazó y me dijo: “Pues ya está”. En ese momento me eché a llorar y supe que mi Erasmus se había acabado. Suena hipermegadramático pero me atrevo a decir que esto es así para la gran mayoría de estudiantes que han disfrutado de una beca Erasmus. En mi caso fue en Bolonia, una ciudad roja, antigua y espléndida en la mitad norte de Italia.
Para un estudiante como yo, las primeras dudas que venían a la cabeza cuando me concedieron Bolonia fueron: ¿será barata?; ¿será fácil encontrar piso?; ¿será difícil hacer amigos?; ¿cómo lo hago con el italiano?; ¿tendré que estar estudiando todo el día? Y un largo etcétera de preocupaciones banales que no tienen cabida si eres medianamente organizado y tienes ganas de disfrutar de la vida. Así que me dispongo a enumerar los principales consejos que a mi parecer necesita un estudiante recién llegado a esta ciudad.
ALOJAMIENTO: Es una ciudad cara. El alquiler mensual de una habitación individual ronda los 250 – 350 euros al mes. Eso siempre y cuando vayas una semanita en junio o julio a buscar piso. Porque si eres como yo y te presentas a finales de septiembre sin nada en el bolsillo y pensando que el mundo exagera con que la búsqueda de piso es súper ardua, lo vas a tener difícil (como yo lo tuve). Por lo que te tocará quedarte con lo peor o compartir habitación con alguien desconocido. Hay una calle muy famosa, Via del Guasto, donde todo el mundo pone anuncios de habitaciones y que frecuentarás al principio de tu estancia allí. También existen agencias inmobiliarias gratuitas asociadas a la universidad como Bussola, que pueden echarte un cable en la búsqueda, y otras privadas que te pueden garantizar piso en menos tiempo pero con un coste adicional. Sin duda, lo mejor es que vayas con tiempo y comiences tu networking preguntándole a todo el mundo si sabe de una singola (habitación individual) que esté libre o una doppia (habitación doble) que esté dentro de la mura (Bolonia está rodeada por una muralla y todo lo que está dentro de ella se considera como el centro de la ciudad). El boca a boca es lo que más hace, y aún más en esta ciudad. Yo, al menos, lo conseguí así. Cuando ya estaba harto de buscar en páginas como Bakeka o Kijiji, apagué el ordenador y salí a la calle a conocer gente. A los cuatro días ya tuve piso gracias a mis primeros contactos.
OCIO: Una vez que Dios baja de los cielos y encuentras una habitación, ya está todo hecho. ¡Ahora toca disfrutar! Los italianos llaman a la ciudad Bologna la Rossa, no sólo por su colorido rojizo sino también por su carácter social y reivindicativo. Hay una gran variedad cultural y siempre hay algo que hacer. Si te gustan las discotecas, las tendrás; y si te gusta un ambiente más alternativo, también lo tendrás. Existen multitud de centros sociales autogestionados y cada uno abre un día a la semana; organizan mercados de comida y bebida ecológica, conciertos y demás. El que más nos gustaba a mi grupo y a mí era La bàs, situado en Via Orfeo. De vez en cuando los estudiantes ocupan alguna de las facultades situadas en Via Zamboni y es curioso estar dentro de la universidad por la noche con personajes característicos de Bolonia como Tiziana o Gandalf, escuchando música electrónica. Eso sí, al día siguiente está todo como los chorros del oro, nunca me lo explicaré.
UNIVERSIDAD: Es una de las universidades más antiguas del mundo y sus edificios hacen gala de ello. Por ahí han pasado personajes como Nicolás Copérnico, Erasmo de Róterdam, Pablo Iglesias y hasta tú si estás leyendo esto. No por antigua deja de estar mal equipada; además cuenta con numerosas bibliotecas y salas de estudio repartidas por toda la ciudad. En cuanto a organización no te preocupes, aquí cada uno va a su bola y los alumnos prueban las clases que les interesan. Si la clase no les gusta, no se matriculan. Ellos se aclaran en su caos, así que tú no vas a ser menos.
COMIDA: Si eres curioso aprenderás a cocinar cosas sabrosísimas como la parmiggiana, pasta al ragú o gnocchi in brodo; pero si no, irás a comer todos los días a l’Osteria dell’Orsa en Via Mentana, adonde tienen platos por seis euros, a Pizza Casa en Vialle delle Belle Arti, a por tu margarita diaria de 2,50 bien grande o a la Mensa Estudiantil situada también en Vialle delle Belle Arti, donde por ser estudiante de la Unibo hay menú a seis euros y cuando ocupan la Mensa, menú a tres.
IDIOMA: El italiano es fácil y tienes que aprenderlo. Conozco gente que fue incapaz de hacerlo, sobre todo españoles, pero porque no les dio la real gana. Un consejo es que te lances a hablarlo: equivócate y aprenderás más rápido. Con ganas y curiosidad, en tres meses puedes hablarlo con soltura; y si vives con italianos, en uno o dos meses ya lo tienes hecho.
AUTOBUSES URBANOS: Nadie te cobra por subir al autobús y al principio resulta tentador no pagar los 1,30 euros que vale el billete, pero de vez en cuando suben ciertos individuos camuflados y cierran las puertas del bus para que nadie baje, enseñan sus placas de revisores y empiezan a controlar quién tiene billete y quién no. Si alguien no ha pagado el billete, se lleva dos cosas: por una parte, una humillación pública terrorífica por parte del revisor apuntando a tu cara con su dedo índice y casi gritándote, condimentada con miradas de asco por parte de la gente que sí tiene billete y piensa que vienes a su país para robar; y por otra parte, una multa de sesenta euros, calentita. Cuenta la leyenda que la multa no llega a España, pero yo no me la jugaría.
Con estos consejos el inicio de tu vida en Bolonia será más fácil. Así que lánzate a la que sin duda será una de las mejores experiencias de tu vida y ten en cuenta que es una experiencia finita, así que aprovecha todo al máximo.
Álvaro Ballesta
Estudiante del Grado en Psicología
Otgoing Erasmus+ a Italia en el curso 2015/2016