El objetivo de Pablo era dar su opinión sobre el programa Erasmus y la manera en que lo hizo no dejó indiferente a nadie

Pablo González es estudiante de Periodismo en la Universidad Miguel Hernández y ya participó en el programa de radio Global UMH y en el primer número de nuestra revista para contar su experiencia Erasmus en Bolonia (Italia). Su consejo para los estudiantes que quisieran hacer una estancia Erasmus era claro: que ahorraran para aprovechar al máximo la experiencia. Sin embargo, en su canal de YouTube Pablo publicó un vídeo en el que presumía de haber gastado su beca Erasmus en «alcohol y fiesta». Pero, ¿por qué lo hizo? El estudiante nos explica los motivos:


Hace dos semanas quise dar mi opinión sobre la beca Erasmus. Llevaba contando mi estancia desde hacía nueve meses y, pese a que había esbozado mi pensamiento, no había dejado clara mi posición. Al principio la idea era lanzar un post y ya está, pero luego pensé que podría ser la típica entrada que acaba leyendo tu madre, tu tía, y si no le aburriste mucho la semana pasada, también tu abuela.

Un mes atrás una buena amiga me contaba que un californiano había encendido las redes diciendo que había gastado el dinero que le había dado su universidad en un viaje a Tailandia. Esta historia reposó en mi baúl unos días y decidió aparecer de nuevo cuando me pregunté cómo podía hacer para que mi opinión tuviese un poco más de volumen.

Nada acostumbrado a que mi estrategia se basase en no caer bien, decidí fingir que había gastado la aportación económica que me habían dado para estudiar en Italia en “farra, comprar alcohol y salir de fiesta”. De eso que juntas todos los tópicos y haces un zumo.

Las reacciones no tardarían en llegar. Quienes han vivido un Erasmus pensaban que o estaba mintiendo o era rico. Los que no conocen bien las aportaciones económicas, me criticaban y criticaban la cuantía de las becas. Y a los que mi mensaje les hizo perder el control de la rabia, acabaron llamándome de todo menos guapo.

Una semana más tarde, conté la verdad de mi beca Erasmus. En las redes sociales se dejaba de odiarme y la gente reaccionaba con un “ahora sí” casi unánime. En el Diario INFORMACIÓN, igual. Y El Español se hizo eco de esta historia y muchas más personas pudieron escuchar el mensaje por el que me había expuesto a ensuciar mi imagen: la posibilidad de vivir esta experiencia también para la gente sin recursos. La posibilidad de vivir esta experiencia para la gente sin ahorros o sin unos padres con la capacidad económica de hacer frente a un año que te enriquece más que ningún otro.