El programa destino supone la oportunidad de conocer un país mientras terminas tus estudios, pero para mí se convirtió en mucho más. Mi estancia en México fue un aprendizaje diario, tanto por las materias en las que me matriculé en la UNAM (con un método de aprendizaje diferente al de la UMH), como por la gran variedad cultural que existe en el DF y en todo el país. Pero sobre todo, aprendí de cada una de las personas a las que conocí, de los lugares que visité y de las aventuras que disfruté y que hicieron que sintiera a México como mi hogar. La hospitalidad es un aspecto muy destacado de los mexicanos, pero también la bondad y humildad; un pueblo muy diverso y enriquecido por la gran mezcla de culturas que existen en él.

Lo único malo de esta aventura… que tiene un final. Y pese a que me encontré con gente de toda índole y viví diversas circunstancias, todo ello me enriqueció como persona.

Acabado el viaje son infinitos los buenos recuerdos, las grandes amistades y los patentes sentimientos que tengo y tendré cada vez que piense en el país al que decidí volar.

Texto y fotografía: Estefanía Moreno Amador
Estudiante de Grado en Periodismo
Outgoing programa Destino a México