Carmen Aguado, sobre el programa Erasmus: «Es una experiencia que al menos una vez en la vida hay que vivir»

10593025_10201771749135652_2880765018754843393_n(1)Mi experiencia de Erasmus comenzó un 23 de Septiembre de 2014, una aventura que jamás olvidaré. El país de destino Alemania y en concreto la ciudad de Colonia, más conocida en la lengua germana como Köln; esa ciudad con una catedral inmensa que sobrevivió a la II Guerra Mundial y una cerveza con nombre de dialecto. Daban comienzo los tres mejores meses de mi vida.

Alemania es uno de los destinos preferidos por los estudiantes; sus fiestas , sus ciudades antiguas con aires cosmopolitas, la cerveza y las salchichas… Las universidades alemanas con unas tasas de matrícula inferiores a las españolas ofrecen libertad al estudiante, quienasiste a clase al mismo tiempo que trabaja en una gran empresa. En mi caso, la diferencia respecto a la UMH erradicó en que en mi clase todos éramos estudiantes de Erasmus o de programas de intercambio. La asistencia a clase, al no ser obligatoria, era muy tenida en cuenta. Mi universidad fue la Europäische Fachhoschule (EUFH), situada en un pequeño pueblo llamado Brühl, en las cercanías a Köln.

Pero no todo son ventajas, encontrar casa fue una misión casi imposible. Los precios de las viviendas son bastante superiores a los que se pueden encontrar por aquí, y lo más probable es que tengas que compartir casa con 5 o más personas. En este sentido, yo tuve suerte porque sólo vivía con una mujer, y los fines de semana con ella y con su hija.

En conclusión, es una experiencia que por lo menos una vez en la vida hay que vivir. Sólo queda “ponerse el mundo por montera” y mirar hacia adelante.

Texto y fotografía: Carmen Aguado
Outgoing Erasmus
Estudiante de Grado en Administración y Dirección de Empresas en Colonia (Alemania)